Propiedades, origen y valores de la escritura jeroglífica en el antiguo Egipto
TarracoViva – El festival Romano de Tarragona

Los griegos denominaban a la escritura jeroglífica grammata hiera, «caracteres sagrados», o grammata hieroglyphika, «caracteres esculpidos sagrados», en referencia a su uso sagrado y monumental. Esta escritura mantuvo hasta su fin, a través de más de tres milenios, su realismo icónico y su complejidad artística. En lugar de adaptarse a las demandas de la economía de la comunicación, los egipcios elaboraron paralelamente un segundo sistema que les sirvió para escribir con rapidez dentro del ámbito de la práctica diaria, el hierático, mientras que conservaron la escritura jeroglífica para la función monumental.
Sin embargo, este conservadurismo egipcio no responde a una falta de creatividad evolutiva, ni tampoco es la marca de una civilización inmóvil y estática como a menudo se ha llegado a pensar. La fijación de la tradición se explica por las propiedades y funciones de esta escritura, que la convirtieron en algo extremadamente valioso para la civilización faraónica en su conjunto. El aprendizaje de los jeroglíficos, no obstante, se reservó a escribas especializados debido a la complejidad del sistema y a sus características culturales.
Propiedades de la escritura jeroglífica
La escritura jeroglífica es diversa. Esta diversidad se manifiesta, en primer lugar, en la manera en la que se presentan los signos. Se trata de signos figurativos, es decir, que representan a los realia del universo de esta civilización. Varios procesos dieron lugar a la abertura del sistema de los signos o a la «extensión del valor de los signos», de tal manera que, de los aproximadamente 750 signos del egipcio clásico, se pasó a más de tres mil en época grecorromana.
Otra característica propia de su diversidad estriba en el hecho de que es una escritura multidireccional: se puede escribir tanto en líneas horizontales como en columnas, y orientarse de derecha a izquierda o de izquierda a derecha. Esta propiedad hace que tenga más facilidad para adaptarse al soporte sobre el que vaya a ser fijada.
Pero la diversidad de la escritura también se manifiesta en la manera como se codifican los signos: codificación ideográfica (un signo = una palabra) o codificación fonética (un signo = un fonema). A su vez, el proceso de codificación fonética se subdivide en diferentes tipos, como por ejemplo la escritura consonántica y la escritura silábica . El sistema jeroglífico hace uso también de otra categoría de signos:
los determinativos o clasificadores, signos que no se leen y no aportan ningún valor fonético a la palabra pero que indican su categoría semántica. Así, al combinar varias categorías de signos, las posibilidades ortográficas de una palabra determinada se multiplican. Una misma secuencia de signos puede, incluso, vehicular dos enunciados lingüísticos muy distintos debido a la ambivalencia de los signos empleados (muchos signos pueden pertenecer a más de una categoría tipológica).
Artículo completo disponible en TarracoViva – El festival Romano de Tarragona